Como usuario bastante entusiasta de Apple, y tal vez ya veterano, viví muchas de las a veces ciertas y a veces no tanto controversias entre Apple y Microsoft. En líneas generales ambas compañías hoy son “oscuras” según los nuevos modelos que defienden código abierto y el dominio público.
Ambas tienen también la marca de sus creadores (Jobs y Gates, respectivamente), y los han tenido como managers fundamentales en buena parte de su historia en el caso de Apple y en toda su historia en el caso de Microsoft.
La salida parcial de Gates de Microsoft, un gigante indiscutido, me plantea varias cuestiones, que a pesar de no ser nuevas siempre vale la pena dejar en algún lado, como en blog2.com.ar. Recordando mi contacto con los productos de Microsoft durante muchso años lo único que sobrevive es la frustración. No encontré nada Microsoft-based que no sea fundamentalmente frustrante, aún cuando haya cumplido, siempre parcialmente, su función. La cuestión estética no soporta la más mínima discusión, el buen diseño y el refinamiento es mejor vida, pero no es algo que Microsoft haya comprendido. Aparecen imágenes de cuadros de diálogo que dan opciones que no existen, comunican a través de interfaces imposibles diagnósticos que no son correctos, entre miles de problemas que no vienen al caso.
Gates se va de algunas de sus funciones en Microsoft, según dirían algunos, por la “puerta grande”, anunciando su preocupación por la pobreza y elevando este problema muy por encima de la discusión sobre los sistemas operativos… luego de haberse vuelto millonario con estrategias de “world domination” y prácticas monopólicas haciendo que eso ocurra.
Siempre se polariza la discusión sobre este hombre. Por un lado los que festejan su “viveza” y por el otro los que rechazamos por completo su pretensión de ser un gurú (incluyendo sus malos libros publicados) y que tampoco vemos en su comportamiento empresario un ejemplo. Esta polarización coincide con dimensiones muy distintas, por lo general la primera es sostenida por perfiles relacionados con las finanzas y la administración de empresas; mientras que la segunda suele tener rasgos más expertos sobre los productos que comercializa Microsoft. Si uno siguiera una lógica estricta, significaría que los que toman a Gates como un tipo exitoso son los ignorantes… al menos en cuestiones tecnológicas. En tanto que los que lo rechazan, serían los ignorantes… en cuestiones comerciales.
Esta controversia es muy vieja, y para mí abuurida. Pero tengo mi opinión: el supuesto éxito en el mercado no puede basarse en la mala praxis, en la vocación monopólica, en la estafa a los clientes, etc. Como tarde o temprano todo esto sale a flote, repito que Microsoft caerá, y caerá fuerte.
Mientras tanto, Mr. Gates prestará más atención a su fundación que servirá, intuyo que él lo cree, para limpiar su conciencia. No sería extraño verlo en postulaciones de gobierno futuras, ni tampoco posando en fotografías acompañado de niños desnutridos y de color. Este es el hombre que está limpiando su imagen. Personalmente, no le creo.
Mmm, aunque sea medio ficcionalizada, me diste ganas de volver a ver Piratas de Silicon Valley.
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Ja. Edu, es cierto: no vendría mal recordar un poco aunque sea bajo líneas de ficción. Lo que hay que decir es que Jobs tiene mal carácter y que no ha hecho todo muy razonable en su vida. Pero sí logró siempre crear disrupción, innovación, novedad, siempre dirigida a mejores productos. La historia de Apple es eso, y sino veamos qué sucederá con la telefonía celular en 5 años, veremos quién instaló la forma en la que todos vamos a usar los telefonitos, cada vez menos telefonitos. Un abrazo.