La Ciudad Autónoma de Buenos Aires inició un camino de rediseño curricular completo para la Escuela Primaria del que fui parte junto con Horacio Argüello y coordinado por Gabriel Marey para convertir el área de “Educación Tecnológica” en “Tecnologías, Diseño y Programación“.
Esta re-escritura completa vista desde dentro es realmente algo titánico por la cantidad de personas involucradas, por sus mecanismos de validación, y por la cantidad de restricciones y valores asociados a un mundo (la Escuela Primaria) que la mayoría de las personas no transita nunca más en sus vidas.
Para contar los detalles del proceso y su contenido hay muchos documentos institucionales en camino, esta vez prefiero resumir algunas motivaciones e inspiraciones que llevaron a la propuesta que tendrán todos los maestros a partir de 2025. Algunas de estas ideas se encuentran reflejadas en el artículo “Tecnologías emergentes de nuestro entorno: Ideas para la ET en la escuela” de la revista Techné.
La enseñanza de tecnología desde una perspectiva transdisciplinar es la marca de fuego de mis actividades. Entre las distintas perspectivas siempre tuve alguna preferencia de marco general desde los Estudios CTS, o los Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología, sobre los que además me doctoré nada menos que con Miguel Angel Quintanilla acompañado de toda la Escuela de Salamanca. Una parte del marco de estos campos son las perspectivas sociotécnicas que fueron la inspiración central del diseño curricular que tomamos como punto de partida en este rediseño.
Una de las primeras dificultades que encontramos para plantear los objetivos generales de nuestra tarea de escritura fue el de preservar el espíritu crítico de estos enfoques mientras buscamos incluir una serie de temas que no estaban presentes (como las infraestructuras, los servicios y la energía) y a la vez proponer la experiencia y la apropiación de procedimientos a través de un enfoque maker.
Un cambio de enfoque sociotécnico fue posibilitado a partir de incluir como contenido central la actividad de diseño. De este modo fue posible pasar de marcos más bien rígidos (alla Feenberg) para dar lugar a un enfoque crítico pero sin “presetear” juicios sobre categorías ideológicas (alla Parselis).
Los profesores que tenemos habilidades técnicas y también críticas por lo general entendemos la compleja relación entre estas dimensiones. Entendemos su complejidad, como también los límites que tiene cada una de estas dimensiones para explicar a la otra. Sin mencionarlo, de alguna manera podríamos aceptar que debajo de los textos de este diseño curricular está la idea de la Doble Naturaleza de los Objetos Técnicos de la Escuela de Delft.
Por ello a lo largo de los 7 grados se proponen espacios reflexivos propios de la lectura crítica al mismo tiempo que se realizan múltiples actividades de exploración, uso y diseño. En este caso la idea de diseño involucra la resolución de problemas utilizando distintas estrategias, incluyendo el Pensamiento Computacional, planificando, especulando, ensayando, y reflexionando. De ningún modo se trata de solo de una práctica sino más bien de la actividad integradora por excelencia para poner en acción el análisis de lo que ya está hecho, pero con foco en lo que cada uno es capaz de hacer. Hacer y reflexionar sobre las transformaciones, es decir, entenderse como agente.
En cada reunión de equipo nos recordábamos unos a otros la idea de que lo importante es “lograr que los chicos entiendan el mundo en el que viven” y esta especie de mantra estaba evidentemente dirigida a los aspectos tecnológicos del mundo en el que vivimos. Este aspecto no es menor por dos razones básicas:
- no es posible entender el mundo solamente “aprendiendo a leerlo”, también es necesario actuar sobre él;
- no es posible considerar a todas las tecnologías del mismo modo, algunas están muy lejos de ser herramientas o simples medios y se han convertido en entornos vitales que definen reglas y topologías que modulan (por decir lo menos) nuestras relaciones sociales y nuestras representaciones del mundo
Por lo tanto, la propuesta de la actividad de diseño como una ACCIÓN que no puede estar desentendida de la lectura crítica ni del hacer concreto en entornos que definen procesos vitales básicos esperamos que sea el mejor camino para que los futuros ciudadanos sean transformadores, además, de los entornos tecnológicos, con sus contenidos políticos, sociales, éticos, y específicamente técnicos.
Ampliaremos.