En los TED no se discute. Quiero decir: la dinámica 100% expositiva no permite la participación de los asistentes. Parece extraño en tiempos de la Web 2.0, pero sin embargo la difusión y diseminación (spreading como dice el TED original) es disparador de nuestras mentes. ¿Un modelo de comunicación perimido? Puede ser, pero los millones de visitas a las miles de conferencias grabadas en los TED en la Web seguramente han dado frutos y han pasado a la etapa del “compartir” las ideas, que es el momento en el que “tienen sexo y se reproducen”.

El segundo TEDxBuenosAires es reafirmar algunas cosas:

• hay capacidad de hacerlo
• hay personas que tienen algo significativo para contar
• hay público buscando inspirarse
• hay instituciones que quieren apoyarlo

Nada mal para un país en crisis constante… y eso es de por sí inspirador.

No voy a abrir juicio sobre cada charla basado en mi asistencia “en caliente” (porque en TED no se discute), pero sí comentar en general (y por lo tanto injustamente) que un buen criterio para la elección de los oradores podría considerar, además de lo que hacen y la forma de comunicarlo, la posibilidad de completar lo experiencial con ideas-fuerza argumentadas.

Gracias a la organización y a los oradores, por las ideas y por la gratuidad.