Leí un post de Pablo Mancini sobre una cuestión más bien pavota: llamó a la Casa Rosada, a la Secretaría de Presidencia, para consultar dónde está la MacBook Air que le regaló (vaya a saber diciendo y pensando qué cosa) Mr. Slim a nuestro actual presidente femenino. Más alla de lo absurdo y grasa que es que un tipo le regale a un presidente un producto que no es de él, hay que recordar que los funcionarios no pueden recibir regalos de empresas y particulares. De todos modos, se supone que ante una pregunta tan simple la respuesta debería ser igual de simple.
Sin embargo, la historia del esquivo a esta pregunta es contada por Pablo en este post. Es una pregunta boba, pero responderla es de buena práctica, cosa que no parece caracterizar-la.
Es todo cuestión de ética al final… digo de étika.
Pingback: Martín Parselis