Batea, otro crossover en la era del crossover

proyecto batea tinta dibujo musica sonido
http://www.blog2.com.ar/index.php/2022/09/21/batea-otro-crossover-en-la-era-del-crossover/

En los tiempos de los laboratorios de Música Electroacústica del Di Tella el crossover artístico era una novedad, una excusa para la experimentación y la apertura hacia formas diferentes de expresión. Hoy los crossovers son más comunes, hasta hay carreras de grado y posgrado que tienen como objeto de estudio campos híbridos: ciencia de datos, bioingeniería, artes electrónicas, etc.

Russolo jugaba con la expresión a partir de lo que se consideraba ruido.

Termen (Theremín) jugaba con la modulación de ondas de radiofrecuencia al acercar nuestro cuerpo al instrumento. Esto que parece muy raro, a veces es parte de la colección sonora de bandas muy populares como los Massacre.

Por las Pampas estaba Fernando Von Reichenbach inventando el sonovisor, un crossover entre gráficos y sonidos. La lectura de los gráficos disparaba sonidos, como él mismo explica “introiduce al compositor en una especie de lazo de realimentación” que permite que el músico escuche inmediatamente lo que escribe, corrige y “sigue adelante”

El Proyecto Batea

Nuevamente en las Pampas el Proyecto Batea retoma la idea de Von Reichenbach con el propósito de crear una experiencia de crossover sensorial más bien alejado de “la máquina” para dar lugar a la exploración intuitiva entre el dibujo y el sonido.

La experiencia está acompañada de una narrativa particular: los dibujos se realizan sobre hojas circulares de 12 pulgadas (el tamaño de los LP de vinilo), y son guardados en sobre de vinilos que pueden revisarse y descubrirse en una batea.

Quienes dibujen pueden dejar sus dibujos disponibles para que otros disfruten de su música, y si además dejan su cuenta de Instagram se está pensando en crear colecciones de cada instalación. La idea, por supuesto, es crear comunidad.

Instagram de Proyecto Batea: @proyectobatea

Website: batea.ar

Coda

Además de hacer sonar en nuestra escala, la NASA estuvo jugando a hacer sonar el Universo, tal vez como imaginó y tradujo a su modo Holst, o como hubiera querido Pitágoras.