El 1 de noviembre de 2018 presenté Dar sentido a la técnica en el Centro Argentino de Ingenieros. Fue recién hacia el final de mi exposición sobre el libro cuando advertí que estaba en una suerte de regreso al diálogo con los colegas de mi primera carrera, la ingeniería. Por supuesto eso no significa que vaya a abandonar mis actividades en Ciencias Sociales o Comunicación, pero sí tomar conciencia de que a veces hay que irse para mirar desde lejos, para volver y contar cómo se ve todo desde allí. Como quien viajaba en épocas pre Internet, y al volver hacía un relato de viaje.
Los últimos minutos tuve esa sensación clara. Aunque puede que haya tenido la intuición de que sería de este modo, dado que elegí como estrategia para contarlo la figura del flaneur. Antes de mi intervención sobre algunas ideas referidas en Dar sentido a la técnica, Gustavo Giuliano hizo un comentario sobre la publicación que me sorprendió por su elaboración: no solamente había leído la obra con cuidado, sino que entretejió el contenido con la experiencia que tenemos juntos en diversos trabajos de investigación y publicaciones en el CESIS y la Cátedra de Introducción a la Ingeniería en la UCA; además de rasgos personales (como el “Martín” doctor, docente, emprendedor, profesor… y varios “Martines” más)…
Gustavo Giuliano ha sabido crear grupos reuniendo personas de un modo inclusivo, es quirúrgico y audaz desde el punto de vista conceptual. Haberle pedido comentarios sobre el libro me abrió otra perspectiva para ver mi propia obra.
Disfruto de haber estado en el Centro Argentino de Ingenieros con amigos e interesados en estos temas, posibilitado por Olivia Herrera (que inició la posibilidad de organizar la presentación); y espero avanzar en las motivaciones que hoy acompañan a Dar sentido a la técnica:
- Que pueda ser una guía de discusión sobre el estado actual del desarrollo tecnológico.
- Que pueda ser parte de la inspiración para el diseño de canales institucionales de legitimación social del desarrollo tecnológico.
- Que sea un aporte para la ampliación de los criterios ingenieriles en el diseño y desarrollo.
Comenzar a trabajar en estas motivaciones es solo un dibujo actual de un recorrido que comencé con Gustavo Giuliano hace muchos años, y que fue desarrollado especialmente gracias a Miguel Angel Quintanilla y su tutela en la Universidad de Salamanca, la confianza de la Organización de Estados Iberoamericanos por parte de Juan Carlos Toscano, y la inclusión de la temática en la Cátedra CTS+i en la que él y José Antonio López Cerezo han visto una línea de trabajo relevante.