Así como en alguna época dorada las vacas y los granos fueron la marca país temprana, hoy la soja y la carne premium (porque en cantidades absolutas ya nos ganó Brasil, y per cápita nos ganó Uruguay) son lo que quedó de aquel testimonio campero. Pero como también existió la Argentina de los premios Nobel, de los avances y la colaboración científico tecnológica “de igual a igual” con los países desarrollados, también quedó algo de eso aplicado a las tecnologías actuales.
Habría que preguntarse en qué grado estas innovaciones argentinas hacen algún aporte significativo al conocimiento y a la vida de la humanidad, o si se trata de un piso que cualquier país con un nivel de educación “razonable” tiene. Lo bueno es que esta gente aún está y tiene capacidad de trabajo, ojalá los programas y vaivenes no los expulsen.
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